Las quemaduras pueden ser causadas por calor seco
(como el fuego), por calor húmedo (como vapor o líquidos calientes), por
radiación, fricción, objetos calientes, el sol, electricidad o sustancias
químicas.
Las quemaduras térmicas son las más comunes y ocurren
cuando metales calientes, líquidos hirvientes, vapor o llamas entran en
contacto con la piel.
Existen tres niveles de quemaduras:
- Quemaduras de primer grado: afectan sólo la capa exterior de la piel y causan dolor, enrojecimiento e inflamación.
- Quemaduras de segundo grado (espesor parcial): afectan tanto la capa externa como la capa subyacente de la piel, produciendo dolor, enrojecimiento, inflamación y ampollas.
- Quemaduras de tercer grado (espesor completo): se extienden hasta tejidos más profundos, produciendo una piel de coloración blanquecina, oscura o carbonizada que puede estar entumecida.
Todos sabemos que es muy peligrosa una quemadura
mal cuidada, ya que nuestra piel se encuentra expuesta a diversos factores que
pueden ocasionar infecciones.
Al exponer la luz logramos trabajar de una manera
interna ayudando a matar cualquier tipo de bacteria y a que la piel vuelva a
regenerarse, se desinflame y no sienta dolor.
Actualmente estamos trabajando con un caso de
quemadura por agua caliente y considerada de 2o. grado.
El paciente lleva 3 sesiones y estos han sido los
resultados:
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