Con la asimilación de los remedios, que carecen de efectos secundarios y no interfieren con los medicamentos, se obtiene una mayor resistencia ante los trastornos físicos, así como mayor serenidad y aceptación de uno mismo.
No existe curación posible, si no va acompañada por una actitud mental
distinta, por la tranquilidad y la felicidad interior.
La única condición que debe tener en cuenta quien experimenta por sí
mismo este método, es que aprenda a reconocer con honestidad los propios estados
de ánimo, asociarlos con los remedios y confiarse a ellos para recuperar el
bienestar.
El objetivo prioritario de las flores es el
de relacionarse con nuestras características básicas, para devolverlas a su
primitivo equilibrio y, por consiguiente, y a través de su vibración energética
beneficiosa, recordarnos quiénes somos y cuáles son nuestras autenticas
potencialidades.
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